ESO NO ES YOGA (Y TODO LO ES) by Mario Aswattha
Hace ya algún tiempo que en el mundo del Yoga se habla con preocupación de la actual situación en la que la industria se encuentra. Escenarios han sido descritos en los que los valores del origen y la tradición se desvanecen, dando lugar a una práctica carente de alma y significado donde la imagen y el aspecto físico predominan dejando como resultado un producto de consumo erróneo y estéril.
Son muchos los que hoy salen a hablar de lo que -sí es y no es- Yoga, arremetiendo contra aquellos que, según su criterio, no defienden los valores de una práctica pura y tradicional.
¿Pero qué es Yoga y qué no lo es? ¿Hay una manera de definir “correcto” o “incorrecto” Yoga?
“Y al final, ¿Qué es Yoga? ¿Sería propio decir que hacer la cama por la mañana, o pasear al perro o pelar una patata puede ser tanto Yoga como estar en posición del Guerrero por cinco respiraciones? ”
Uno de los ejemplos más claros de esta paradoja viene de la mano de los muchos estilos que han surgido en los últimos años y con disciplinas tan variopintas como “Naked Yoga” (Yoga desnudo) o “Goat Yoga” (Yoga con cabras) puede resultar difícil encontrar la conexión de ciertas prácticas modernas con los linajes y tradiciones más ancestrales.
Pero lo cierto es que el Yoga nunca ha parado de evolucionar desde sus orígenes. El llamado Yoga tradicional perteneciente en su mayoría a tradiciones con menos de uno o dos siglos de antigüedad es a menudo muy diferente al Yoga presentado durante el periodo postclásico y las escuelas Tántricas el cual a su vez difiere enormemente de las enseñanzas del periodo clásico y la tradición Védica. ¿Entonces cuál es el “correcto”? ¿Qué escuela o tradición entraña las cualidades del “verdadero” Yoga? ¿O acaso todas ellas siguen un mismo objetivo?
La realidad es que el Yoga es una práctica viva que evoluciona, se adapta y muta en su mayoría como un reflejo de la sociedad y sus necesidades. El Yoga que vemos hoy en día en occidente no es más que un mero reflejo de los tiempos en los que vivimos. Físico, visual, pragmático y confeccionado, ridículo incluso, tanto como cualquier red social y su contenido pero inevitablemente deseoso y necesitado por trascender. E independientemente de cuál sea la última finalidad del Yoga, parece que la práctica continuará transformándose y adaptándose para poder alcanzar su objetivo final.
Por todo esto, no debería de ser tan fácil hacer una declaración tal como -eso no es Yoga-. Por ejemplo, alguien puede ver una foto en Instagram y decir -eso es acrobacia, no es Yoga- cuando lo que en realidad quiere decir es -eso no es Asana- Lo que llevaría a la siguiente pregunta ¿Qué es Asana y qué Asanas son realmente considerados parte de la práctica de Yoga? Y teniendo en cuenta que el significado de la palabra Asana es “sentado” y que así fue por cientos de años hasta que en el siglo 15 aparecen los primeros manuscritos detallando unas pocas docenas de posturas, me aventuraré a decir que sería una larga conversación. Quizás lo realmente importante en este caso sea simplemente referirse a los diferentes aspectos del Yoga de un modo más apropiado. A menudo podemos ver anunciado como reclamo Yoga y Meditación ofertado en múltiples sitios, cuando Meditación es una parte intrínseca de la práctica Yóguica.
Es como anunciar en un restaurante: tenemos Pasta y Espagueti. ¿De verdad?
Asana o Yogasana y Meditación es sin lugar a duda mucho más fortuito que Pasta y Espagueti. ¿No es cierto?
Cuando nos referimos a algo tan extenso como lo es el Yoga con intención de delimitarlo a un marco específico siempre corremos el riesgo de dejar una parte excluida la cual puede ser tan o más importante que la delimitada en dicho marco. O en otras palabras, incompleta.
Y al final, ¿Qué es Yoga? ¿Sería propio decir que hacer la cama por la mañana, o pasear al perro o pelar una patata puede ser tanto Yoga como estar en posición del Guerrero por cinco respiraciones? ¿Acaso no es cierto que servicio o Karma Yoga es una de las formas más directas de autorrealización junto con Bhakti o Yoga Devocional? ¿Quién puede decir que para ciertos individuos hacer la cama en la mañana no es una experiencia Yóguica que los conecta al momento presente en el que observan sus sentidos, calma su mente y los transporta a un estado de conciencia más elevado en el que se sienten conectados a un “yo superior”?
Ciertamente podríamos decir -hacer la cama no es Asana- posiblemente con razón pero quién puede decir que eso no es Yoga.
Cada respiración que tomamos es una nueva oportunidad que se presenta ante nosotros. Toda inhalación tiene la capacidad de transformarse en algo más, un comienzo, un motivo de exploración, un paso adelante en el camino espiritual. Cada pensamiento presenta la posibilidad de abrir una nueva puerta hacia el conocimiento interno. Estas son situaciones que se presentan diariamente en nuestras vidas. Cuando reconocemos este hecho estamos conectando con nuestro Yoga, y entendemos que la práctica forma parte de nuestra vida y la vida de la práctica. O dicho de otro modo, está integrada.
Hoy en día muchos son conscientes de que en Yoga la postura no es la meta, al igual que ser flexible o tener mucho equilibrio. Estos son simples consecuencias de una práctica dedicada en la que objetivos como crear espacio en uno mismo, cultivar atención, apreciar y conectar con el cuerpo y el corazón o brindar paz y calma a la mente son el verdadero motivo de esta dedicación. Pero no podemos olvidar que los caminos que llevan a este destino son ilimitados. Yoga es personal, íntimo, y se manifiesta de forma muy distinta en cada persona. Como el señor Iyengar bien nos recuerda: Yoga es el viaje del ser, a través del ser y hacia el ser.
¿Pero entonces, hacer el pino con una mano es Yoga? ¿O sentarse en una silla y alzar los brazos arriba? ¿O dar un paseo por la playa?…
¿Es posible que de un modo fundamental en Yoga no se trate de la acción sino de la intención?
En ese caso todo sería potencialmente Yoga. Y en ese caso nadie debería juzgar si para alguien hacer un Asana “no tradicional” o fregar el suelo de la casa está siendo un experiencia trascendental o no.
Porque al final no somos nosotros haciendo Yoga sino que es el Yoga el que nos hace a nosotros. Nuestro trabajo es deshacer, quitarnos el peso extra, capas y capas que nublan nuestra verdadera naturaleza y eso viene en muchas formas, algunas más triviales que otras, algunas dolorosas, algunas simples y otras complejas pero todas con un mismo destino. Acercarnos más a quien realmente somos.
- Mario Batres -
\Mario Batres
Basado en Carolina del norte, Mario ha sido un miembro activo des la comunidad de yoga en San Francisco por una década. Además de dar clases, Mario imparte talleres y profesorados. También dedica gran parte de su tiempo en llevar talleres a todas partes del mundo
@aswatthayoga
Mario visitará el 1 y 2 de Junio nuestro centro de yoga en Madrid, donde impartirá dos talleres: “Vinyasa Krama” y “Masterclass Lotus Flow”.